Hace algún tiempo en Arde, colectivo transdisciplinar dedicado a los archivos digitales y a pensar la conexión entre archivos y arte; nos hemos visto interpeladas por el concepto archivístico cosechar datos, que refiere a dos o más archivos que se enlazan a través de un protocolo de intercambio de información. En términos simples, es cuando archivos diferentes se ponen de acuerdo para organizar cómo, cuándo, dónde y a través de qué medios pueden intercambiar documentos y datos. La cosecha de datos permite en potencia reconstruir tramas para que las personas que usan los archivos tengan recorridos más amplios, inesperados quizás, que si mantuviéramos las parcelas separadas. De algún modo este es el derecho a vagabundear sin cercos entre los archivos.
Nosotras creemos que lo virtual es potencialmente un espacio colectivo, y es así como trabajamos por hacerlo accesible con una lógica de código abierto (open source) y de dominio público. En otras palabras, no nos interesa solamente resguardar los archivos, sino que diseminarlos para que las comunidades los exploren y se (re)apropien de ellos, pudiendo disputar los relatos que guardan estos rastros de la memoria. Es por esto que nos hace tanto sentido el concepto de cosechar datos, porque es necesario hacer circular los archivos y ponerlos en diálogo con otros para poder contar la Historia desde muchos fragmentos de historias, considerando los vacíos, lo común y las contradicciones presentes en ellas.
A través de este texto queremos ensayar una cosecha de datos entre Arde y el archivo de Nave. Nos parece interesante poner a conversar estos archivos, porque desde ambos colectivos estamos convencidas de que las artes también son parte de estas historias, y que generan conocimientos que deben difundirse. Todo arte es un cruce de caminos que pone a circular materiales, contenidos y gestos que levantan dimensiones ideológicas, afectivas, sensoriales, entre otros múltiples sentidos. Y tanto en Nave como en Arde, trabajamos para relevar esos procesos creativos y dejarlos disponibles para que estudiantes, investigadores, creadores y cualquier interesade pueda acceder, aprender, inspirarse, usarlos y activarlos en sus propios contextos y comunidades.
Primera cosecha: El encuentro con Al Pacino de Antimétodo
Al recorrer el archivo de Nave encontramos diferentes documentos que nos remiten al archivo de Arde, y así, a través de la vinculación de los documentos, vamos tejiendo conexiones, ponemos a circular la memoria y construimos nuevos sentidos.
El primer documento que llama nuestra atención es el video de un entrenamiento que realizaron las actrices de la obra Al Pacino de la compañía Antimétodo. Es el año 2018, y las vemos conversar, moverse y entrenar en la casona de NAVE. Esto en seguida nos remontó a nuestro proyecto Huellas de Creación (2020-2021), que buscó investigar y difundir los procesos creativos de compañías de teatro chilenas contemporáneas. Una de las colecciones que está disponible en Arde es sobre el proceso creativo de esta misma obra. Ahí encontramos documentos como este fragmento de la película “Holy Motors” (2012) de Léos Carax que fue un referente relevante para la creación de Al Pacino; o este audio de whatsapp en el que la directora Ana Luz Ormazábal explica por qué considera que el libro Una juguetería filosófica de David Oubiña es una elemento disparador de su proceso creativo, junto a fragmentos de dicho libro, correspondientes a la portada y a las páginas 9 y 17.
Nos preguntamos cómo estos referentes, y las reflexiones que disparan en las creadoras, surgen en el video del training de las actrices: ¿cómo se vuelven un nuevo gesto que permite explorar las posibilidades del cuerpo? A través de los documentos, ordenamos y disponemos los fragmentos que conforman la memoria de quienes participaron en el proceso creativo de Al Pacino. Escuchamos a las actrices, observamos la disposición de sus cuerpos, seguimos sus movimientos, leemos sus referentes, e interpretamos sus recorridos para imaginar un relato que da cuenta de las decisiones y las metodologías que utilizaron en su trabajo creativo.
Segunda cosecha: la técnica en las artes escénicas
Continuamos explorando el archivo y nos encontramos con cápsulas sobre técnica escénica, como esta charla que Kurt Liebsch, técnico de iluminación y multimedia de Nave, realizó en el marco de la celebración del Día de la Danza el año 2020. Nos parece relevante cómo dejar disponible en la red el registro de esta charla, da cuenta del sentido de diseminación de los archivos y el conocimiento por parte de Nave. Además, en Arde también creemos en la importancia de registrar y difundir los oficios técnicos en las artes escénicas, y se pueden encontrar documentos como este tutorial “Captura y proyección de imágenes en tiempo real para la puesta en escena” realizado por Pablo Mois y Guille Aguirre de Colectivo Zoológico, o estos planos de luces y bocetos de iluminación del diseñador escénico Ricardo Romero que elaboró para la compañía Los Barbudos.
La existencia de estos documentos en ambos archivos, releva el lugar de lo técnico en la creación. Como reflexiona Flavia Costa (2012), el mundoambiente técnico ha terminado de difuminar los límites y la tensión entre arte-técnica-archivo. Así, los conocimientos que conservamos y ponemos a disposición en ambos archivos, permiten que se materialice la memoria a través de los dispositivos técnicos, y se descentralice la tarea de activarla por parte de les creadores y trabajadores de las artes escénicas; motivando que sean interpretados y utilizados según sus propias motivaciones en la exploración de la escena.
Tercera cosecha: El Estallido
Aparece en nuestro recorrido este video sobre la residencia de la obra El estallido de las cosas de María Court y Trinidad Piriz. Esta fue la primera residencia virtual de Nave, y en ella se desarrolló y produjo la primera serie de Border podcast. Son relatos sonoros que relatan el estallido en primera persona desde objetos emblemáticos de ese momento en Chile: una olla, un torniquete, un chaleco reflectante. En seguida nos lleva a pensar en la colección Cuerpo y Protesta alojada en Arde, una recopilación colaborativa que realizamos como convocatoria abierta de registros documentales sobre la revuelta social del 2019. En ella tenemos fotografías y videos de Plaza Dignidad, Renca, Cartagena y Valdivia. Se pueden ver las gráficas pegadas a las paredes, las performances, las marchas; escuchar los cacerolazos, los gritos.
Nos parece relevante que la presencia de estos documentos representa cómo el Estallido Social devino en la necesidad de crear, y posteriormente archivar, gran cantidad de materiales que se levantaron durante esos meses de movilización. Pensamos que esto es parte de la concientización por parte de las personas de que todas esas manifestaciones y esos cuerpos que salieron a la calle, efímeros, siempre cambiantes; son parte de los repertorios de nuestro territorio, y dan cuenta de cómo respondemos a la rabia, a la sensación de injusticia, y de esperanza. Son huellas de nuestra memoria, y es por eso que asumimos la responsabilidad de resguardarlas y compartirlas con otres.
Cuarta cosecha: La danza y sus cruces
Nave es uno de los principales espacios para la coproduccción en danza contemporánea en Chile. De ahí que podemos encontrar diversos documentos relacionados a esta disciplina, tales como este video que registra un laboratorio impartido por el coreógrafo y antropólogo José Vidal en el contexto de la pandemia, durante el 2020. Nos llama la atención este documento porque lo asociamos inmediatamente con la colección que está alojada en Arde sobre la bailarina valdiviana Ana María Cabello, quien es madre de Vidal.
“Cuando niño recorría la hermosa casona de la Escuela de Danza de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Austral, donde su madre, Ana María Cabello trabajaba. Ella lo llevaba a veces junto a su hermano a la Facultad. Allí recorrían las salas donde ensayaban los artistas. `Desde nuestra altura veíamos las piernas de los bailarines y me parecía maravilloso´, rememora Vidal”.
Entrevista a José Vidal, Centro de extensión artística y cultural Universidad de Chile
Nos parece interesante descubrir en los archivos estas relaciones de parentesco, afectos y biografías que se cruzan, puesto que permiten ir trazando un mapa de personas que conforman y dan forma a un campo como la danza en Chile.
Quinta cosecha, imaginada: Nave y los orígenes de Arde
Por último, no podemos dejar de mencionar que Arde también empezó a gestarse en Nave. El año 2016, dos de nuestras integrantes, Pía Gutiérrez y Katha Eitner, se conocieron cuando empezaron a trabajar en la obra teatral Fulgor de la compañía Teatro Niño Proletario, que estrenó e hizo una residencia en Nave, el mismo año en que este centro de creación abrió su programa de residencias. A pesar de que aún no están disponibles los registros de esa residencia en el archivo de Nave, en nuestra colección de Fulgor tenemos materiales que remiten constantemente al espacio, como en varias fotografías de ensayo.
Para Fulgor se realizó una investigación sobre el concepto de la migración y se fue registrando todo el proceso creativo a través de audios, imágenes y videos. Katha cuenta que
“nos obsesionamos y grabamos los ensayos, escribimos bitácoras y recolectamos todos los documentos que iba dejando el proceso de creación de la obra. Al final teníamos cientos de carpetas e imágenes que se usaron para la obra pero que además desplegamos en una exposición a modo de antesala. De manera intuitiva expusimos el archivo de este proceso creativo y empezamos a relacionarnos e inspirarnos con los conceptos del Atlas Mnemosyne de Aby Warburg y el Archivo Monstruo de Wolfgang Ernst.”
De este modo, en Nave ocurrió uno de los encuentros para dar origen a Arde, y empezaron a rondar preguntas que nos persiguen hasta el día de hoy: ¿cómo los archivos pueden transformarse en una estrategia para la creación? ¿cómo archivar el presente? y ¿cómo los archivos son dispositivos de exhibición de conocimientos? Ensayar respuestas para estas preguntas nos ha llevado a vincularnos con otros archivos, a encontrarnos, a compartir nuestros saberes y escuchar los de otres. Y es así como, también a través de este recorrido, nos hemos percatado de que son respuestas que muches estamos intentando contestar, y que se han convocado intuiciones, oficios, reflexiones y metodologías comunes que nos han permitido dialogar, y encontrarnos en estas búsquedas.
Esperamos que estas cosechas permitan seguir diseminando semillas en forma de documentos, imaginando e ideando caminos que activen el conocimiento presente en el arte, los procesos de investigación, e incluso la vida misma. Al menos eso nos ocurrió a nosotras a partir de cada uno de estos materiales.
Colectivo Arde
(Javiera Brignardello, Constanza Alvarado, Pía Gutiérrez, Katha Eitner y Fabiola Neira)