I. Residencia NAVE
RESIDENCIA: Programa de residencias ¿POR QUÉ ME MUEVO? – NAVE / noviembre 2021 a julio 2022
Artista: Camilo Navarro
¿POR QUÉ ME MUEVO? es un programa de residencias de formación y acompañamiento profesional dedicado a entregar herramientas de creación e investigación y a profundizar sobre las metodologías y prácticas que surgen en torno a los procesos de creación en danza. El propósito es potenciar y apoyar el desarrollo de la creación de coreógrafos que busquen expandir sus maneras de hacer y producir en la escena contemporánea actual.
II. Posvida
El proyecto DESOBEDECER ha tenido dos aperturas de proceso llevadas a cabo en enero de 2022: la primera fue en Sala N1 de Centro GAM en el marco del cierre del Programa de Dirección Escénica organizado por Goethe-Institut Chile y Fundación Teatro A Mil; y la segunda en Galería CEINA como parte de las actividades programadas por la Feria de las Artes Vivas Paisaje Público, en el marco del cierre del Programa de Creación y Espacios Públicos organizado por Paisaje Público.
En mayo de 2022, como cierre del Programa de Residencias de Formación ¿POR QUÉ ME MUEVO? 2021-2022, el intérprete Camilo Navarro Briones realizó la performance “Sostener la materia para evitar el colapso” en Sala Negra de Centro NAVE.
Actualmente el proyecto se encuentra en proceso de ensayos y montaje con el equipo de trabajo, entre elles, les intérpretes Macarena Fuentes, David Gaete y Felipe Zepeda, el artista sonoro Federico Palma, el artista lumínico Matías Segura y el diseñador Felipe San Martín. La performance DESOBEDECER tendrá una temporada de funciones en Teatro del Puente desde el 23 de septiembre hasta el 6 de octubre de 2022.
Pienso en las personas, contextos y continuidades del proyecto. El Programa PQMM fue una experiencia que transformó radicalmente los modos en que articulo y ejecuto mis búsquedas artísticas. Creo que el tratamiento de una problemática específica, en este caso de preguntas que emergen a partir de una aproximación conceptual sobre la desobediencia, va desarrollando una práctica que no sólo trata cuestiones propias del proyecto sino que también se vuelve un ejercicio vital para quienes nos involucramos en ello. Escribiendo esto me doy cuenta de cómo este proceso me ha revelado ciertas paradojas acerca de la “desobediencia” más allá de la teoría y de una práctica escénica, está atravesando una pensabilidad de relaciones entre personas, géneros, disciplinas y metodologías de creación que antes me parecían ajenas, y a las que hoy atiendo con particular énfasis e interés. Ante la imposibilidad de desobedecerle a las estrategias coercitivas de la dominación sistémica, la desobediencia se plantea como una práctica de auscultación subjetiva, de identificación consciente acerca de cuáles son mis maneras de habitar, sentir, vociferar y ser mundana. Con ello, diría que en ningún otro proceso había problematizado tanto estas perspectivas al punto de querer tomar desvíos que ahora me mantienen ocupada, seducida, hasta obsesionada. Si desobedecer es en primera instancia un ejercicio de auto-obediencia, me gusta pensar que estoy profundizando en esa honestidad. A propósito de los desvíos y las (dis)continuidades, que comprendo como canales de tránsitos y desplazamientos, este proyecto sólo me ha traído aperturas. En los hechos, a partir de una pregunta que fue insistente durante el proceso de investigación para DESOBEDECER pero en la que no quise involucrarme porque nos proponía sumergirnos en un canal distinto del que estábamos explorando, me permití desarrollar un proyecto otro que tomara como referencia inicial esa problemática inexplorada. Ahí es cuando una pregunta de investigación de manera procesual va permitiendo la emergencia –y la urgencia- espontánea de otros tratamientos, otros acercamientos e intentos de hacer aparecer materiales autónomos, que se despliegan desde un mismo centro hacia la periferia de los géneros, ahí es cuando –en mi caso- apareció el cuerpo y el movimiento como eje de preguntas y reflexiones, comienzan a desdibujarse los límites y todo se vuelve más indivisible y un poco borroso. Por ahí me estoy metiendo, y no me siento sola en ese cruce de fronteras. He seguido en contacto con mi tutora Daniela Marinis, con quien comparto un mismo universo conceptual y temático acerca de la desobediencia ¡vaya simultaneidad! Y estoy preparando una residencia de investigación artística junto a la bailarina y coreógrafa Daniella Santibáñez, a quien conocí en este programa y no pude sino imaginar esas (dis)continuidades de la mano de sus danzas.
III. Colaboración al Archivo
- Residencia (16 fotografías)
- Registro de tutorías
- Tutoría Paulina Chamorro (14 fotografías + Bitácora Paulina Chamorro)
- Tutoría Daniela Marini (6 fotografías + Bitácora Daniela Marinis)
- Tutoría Natalia Ramírez (4 fotografías + Bitácora Natalia Ramírez)
- Bitácora Tutoría Gustavo Ciriaco (Bitácora Gustavo Ciriaco)
- Apertura PQMM (6 fotografías)