Camilo navarro

Reflexiones

A propósito de qué puede llegar a ser un archivo, es información que habita en formas dispersas, muchas veces de difícil percepción porque también puede manifestarse extraña, transmutada e infundada en capas que contienen otros fragmentos, otras piezas, otras experiencias.

Camilo Navarro

Hay una dimensión no encarnada del archivo en la que de manera compulsiva tiendo a documentar, nombrar, separar, categorizar, re-escribir y una serie de actividades de organización de materiales que me permitan dejar constancia de mis procesos a modo de bitácora, viaje o navegación. Desde la virtualidad y lo análogo guardo un sinfín de carpetas, unas dentro de otras, que me permiten reencuentros periódicos con distintas estructuras biográficas. Ese ejercicio ciertamente es una práctica encarnada, identifico una relación erótica bajo la intención de visibilizar y escuchar esos procesos que aunque pretéritos aún puedo tocar, con los dedos, con la mirada, con el oído, con el pensamiento. Algunas personas se impactan por esa urgencia de orden, luego cuando buscan algún texto, documento o referencia de algún tipo suelo ser la persona a quien se acercan y vaya paradoja, ahí me distiendo un poco. Me gusta compartir mis archivos, estar atenta a las necesidades que me plantea un proyecto y a las búsquedas que tengan otras personas con quienes pueda colaborar, desde documentos, imágenes, sugerencias y otras posibilidades. Hay un traspaso en el modo en que practico la organización de ciertos archivos materiales hacia la encarnación de procesos que emergen desde lo somático, situando al cuerpo como eje articulador de ese despliegue de materiales. Guiando procesos artísticos mi tendencia es ir al archivo en primera instancia, me siento atraída por eso que han dicho otres, o cómo lo han hecho otres y el modo en que puedo llegar a transformar esas ideas o planteamientos que de momento coexisten desde experiencias inteligibles. Hacer un desplazamiento sensible de ello estimula una práctica más dispersa aunque focalizada en materiales específicos, que es lo que me parece más atractivo, identificar y organizar referencias disímiles, complejidades estéticas que atienden sobre todo a la percepción, y a la intuición.

Más allá de lo tangibles que nos puedan parecer algunas cosas dispuestas a archivar-se, evidentes por su maleabilidad, hay efectos de producción de presencia que impactan a la percepción de tal manera que podemos guardar fragmentos estéticos de esa experiencia y presentificarlos mediante estrategias sensibles, acceder a un síntoma, a recuerdos o a mixturas sensoriales. A propósito de qué puede llegar a ser un archivo, es información que habita en formas dispersas, muchas veces de difícil percepción porque también puede manifestarse extraña, transmutada e infundada en capas que contienen otros fragmentos, otras piezas, otras experiencias. Es una información sensible, a la que puedo acceder a través de una carpeta o en la que puedo perderme por su incomprensible diferencia, en ese punto confío en que el impulso de querer acceder a ella va a permitir su a veces no evidente aparición.

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